El minimalismo es un concepto contemporáneo. Es una filosofía y estilo de vida que exalta la simplicidad, la sobriedad y la economía de elementos. Es una concepción que ha invadido algunas áreas del quehacer humano, desde la decoración de interiores hasta la fotografía. La fotografía minimalista es una tendencia de nueva data y busca resolver con mínimos elementos visuales, el discurso de la imagen y la concepción de una idea plasmada en una gráfica. ¿Quiéres saber más de ella? No queda más que seguir leyendo.
Tabla de Contenidos
¿Qué es la fotografía minimalista?
La fotografía minimalista acoge la premisa de “menos es más” la cual tuvo su origen como precepto vanguardista en el arte. El minimalismo fotográfico es aquel género que apuesta por la simplicidad de la composición para contar una historia, para transmitir una emoción. Dentro de los variados elementos de expresión visual elige los básicos para comunicar una idea.
Es una propuesta que dice mucho con poco confiando en la capacidad simbólica e intuitiva del espectador para decodificar la idea. Tiene una gran capacidad de abstracción, de reducir a lo esencial la idea o el concepto. Se reduce a una mínima expresión el sujeto eliminando todo accesorio, todo elemento que distraiga. Comunica mucha información en la simplicidad compositiva y en la limpieza de las formas. El fotógrafo extrae mucha información, exprime la expresividad de los poquísimos elementos que emplea en una imagen.
Orígenes de la Fotografía minimalista.
La palabra minimalista o “Minimal Art” apareció por primera vez en los años 60 gracias a una publicación en la revista Art Magazine, pero como concepto ya se había iniciado en el arte en los años 50 en los Estados Unidos. La tendencia de lo mínimo en el arte parte de la relación de un solo objeto contenido a un espacio vacío donde habita.
El artista escoge pocos elementos para desarrollar la idea del objeto sujeto a su espacio y lograr el impacto deseado a través de la simplicidad. En los años siguientes este movimiento se arraigó y contagió otras esferas del arte como la escultura, la música y la arquitectura así también en el arte utilitario como el diseño, la moda, la decoración de interiores y por supuesto la fotografía.
Características del estilo minimalista en la fotografía
Esta tendencia reduce a su mínima expresión el uso de elementos básicos de la composición como la forma, el color, la línea y la textura, repitiéndolos para generar así un impacto. Conforma el tema o discurso de la imagen basado en la simplicidad y evitando la variedad dentro de la unidad como premisa o rítmica compositiva. Da un paso hacia la abstracción utilizando formas geométricas como el rectángulo, el círculo y el triángulo para transmitir sencillez así como la monocromía, la fotografía blanco y negro la cual encaja en esta tendencia. Puede tildarse de aburrida la extrema sencillez pero al tocar conceptos ligados al arte abstracto exige del espectador su participación activa en la apreciación de la imagen y por ende a su libre interpretación. Selecciona un sujeto y lo hace único protagonista de la composición. Elimina todo lo accesorio, lo superfluo, todo elemento distractor del centro de interés, de la historia que se quiere contar.
¿Cómo hacer fotografías minimalistas?
Ante nada, documentarte. Buscar información acerca de esta tendencia como filosofía de vida y también como precepto en el arte. Aunque al final no adoptes un estilo de vida minimal es bueno comprenderla para abordarla con efectividad en la fotografía. En cuanto a la composición debes cuidarla y consentir tu sujeto posesionándolo por ejemplo de un espacio vacío también conocido como espacio negativo que lo destaque, que permita al centro de interés “respirar” y que se integre al tema o historia de la foto; ordena bien el o los dos elementos en el encuadre aplicando la ley de los tercios y cuidando la proporción. Si te saltas las normas para aportar un extra de creatividad a tu gráfica que sea justificado y que esté al servicio de la historia.
En lo que respecta a objetivos, el que dispongas servirá para tal fin. El tele te ayudará a aislar y destacar tu sujeto jugando con el desenfoque ampliando el diafragma, Con un objetivo macro descontextualizas la imagen acercando y jugando con la abstracción de la forma. También puedes con tomas abiertas y grandes angulares lograr escenas minimalistas ya que la sencillez la puedes lograr en diferentes ambientes, sea natural o citadino.
Si posees otro objetivo más estándar simplemente entrégate a la experimentación para sacar el máximo provecho y deja que la textura se exprese como elemento esencial en la composición. Resáltala con luz dura y lateral y búscala en locaciones como arquitectura, naturaleza o con objetivos macros. Si usas el color como elemento protagonista experimenta con los contrastes de colores correspondientes a los complementarios, colores opuestos en el círculo cromático y contraste por analogía, familia de colores vecinos en el círculo cromático. El valor psicológico de los colores te permite sacar partido de su poder expresivo. Los colores cálidos transmiten calor, alegría y dinamismo mientras que los fríos frescura, descanso y nostalgia. Todo este valor simbólico estará a tu disposición teniendo el color como único centro de interés en una composición minimalista.
Ajusta la intensidad de los colores de tu cámara y toma capturas a horas del mediodía aprovechando la luz dura del sol en pleno cenit. Si por el contrario quieres trabajar con tonos acromáticos y escala de grises porque piensas que el color es un distractor, entonces te declinas por la forma más genuina, la fotografía blanco y negro. Una vez tomada a colores la fotografía, válete de un buen programa de edición para pasarlas al monocromo. En cuanto al fondo buscas trabajar con blanco o negro, liso o un tono neutro que aporte a la historia ya sea resaltando el protagonista o complementándolo, nunca desviando la atención de él.
Desenfoca el fondo o trabaja en larga exposición experimentando todas las posibilidades. El minimalismo esquematiza las formas por lo que puedes trabajar con figuras geométricas para alcanzar esa abstracción que tanto le va a lo minimal.
Busca la pureza de las líneas respetando su naturaleza sean rectas, curvas, quebradas y mixtas o su posición en el espacio como horizontales, verticales e inclinadas. La línea es otro elemento vital en la composición minimalista porque dan direccionalidad a la mirada, la conducen y la guían a través de la imagen. Aportan también estados de ánimo y sensaciones dependiendo con la cual decides trabajar. Puedes utilizarla dependiendo de su objetivo dentro de la composición como la direccionalidad, delimitación de espacios, perspectiva o profundidad.
Así también sensaciones ligadas a la energía como el descanso, movimiento, dinamismo y ascensión. Otro recurso es el trabajar con un patrón, un elemento que se repite y que tiene como fin sugerir textura. Esto le da una sensación de relieve, realismo y tridimensionalidad a la escena. Suavidad, pulitura, rugosidad, son valores texturales que le dan un aporte extra a la imagen.
En la búsqueda del lenguaje minimalista
Conviértete en un excelente observador de la calle. Imagina cómo se ve cada forma con cada encuadre. Recupera tu capacidad lúdica de ver transcurrir la vida ante tí. Conmueve, sorprende e impacta ante tanta emoción y contenido con pocos elementos. Transfórmate en un artista que dice “menos es más”. Busca modelos e inspírate en los que tienen un camino recorrido. Visita galerías y museos para que observes el trabajo de los demás, contrasta su técnica con la tuya sin copias ni atajos creativos.
Fotógrafos como Guy Borduin, Masao Yamamoto, Rosa Isabel Vásquez, Gabriel Isak, Stéfano Cirillo y tantos otros pueden incentivar tu curiosidad e inventiva para experimentar con la fotografía minimalista. Lánzate a la práctica para buscar tu propio estilo minimalista en la fotografía entendiendo que es uno de los géneros fotográficos más cercanos a los valores artísticos de la imagen. De esta manera estás por descubrir un mundo apasionante que aprenderás a plasmar con fotografías de alto impacto, contando historias con elementos mínimos.